¿Realmente compensa poner la lavadora por la noche?

Te suena, ¿verdad?
«Pon la lavadora por la noche, que es más barato.»
Lo has oído mil veces. Tus padres, algún amigo, esa vecina que siempre tiene algún truco infalible para ahorrar en la factura de la luz.

Y entonces un día decides probarlo. Programas la lavadora a las tres de la mañana, dejas todo preparado, cierras la puerta para no escuchar el centrifugado y te vas a dormir con la sensación de que estás haciendo lo correcto.

Pero llega la factura… y nada.
La cantidad a pagar es casi idéntica a la de meses anteriores. ¿Qué ha pasado? ¿Era mentira lo del ahorro nocturno? ¿Te has desvelado a media noche por gusto?

La respuesta es más sencilla de lo que parece: depende.
No de la lavadora. Ni de la hora.
Depende de qué tarifa eléctrica tienes contratada.

No todas las tarifas son iguales: descubre tu tipo de contrato

La electricidad en España ya no se paga igual a cualquier hora del día.
Desde 2021, la estructura tarifaria cambió y ahora, para consumidores domésticos con potencia contratada inferior a 15 kW (lo que abarca a la mayoría de hogares), existe una modalidad estándar conocida como tarifa 2.0TD.

Esta tarifa divide el día en tres periodos horarios con precios diferentes:

  • Valle: El más barato, de 00:00 a 08:00 de lunes a viernes, y durante todo el fin de semana y festivos nacionales.
  • Llano: Precio intermedio, de 08:00 a 10:00, 14:00 a 18:00 y 22:00 a 00:00.
  • Punta: El más caro, de 10:00 a 14:00 y de 18:00 a 22:00.

Si tienes contratada una tarifa basada en esta discriminación horaria, poner la lavadora —o cualquier electrodoméstico de alto consumo— en las horas valle puede suponer un ahorro de hasta un 30% en el coste de la energía consumida durante ese periodo.

Pero aquí viene la clave:
Si tu tarifa no tiene discriminación horaria —es decir, si pagas un precio fijo por kWh las 24 horas—, da igual si pones la lavadora a las tres de la madrugada o a las tres de la tarde. El precio será exactamente el mismo.

Cómo saber si puedes ahorrar o no

Antes de lanzarte a reorganizar tus hábitos de lavado, tienes que hacer una cosa muy simple: revisar tu contrato.
Mira tu factura. Busca si tienes discriminación horaria o contacta con tu comercializadora.

Si no la tienes, quizás te interese cambiarla. Muchas compañías ofrecen tarifas con tramos horarios, y cambiar podría ayudarte a ahorrar sin necesidad de cambiar ni un solo electrodoméstico.

El ahorro viene no sólo de poner lavadoras por la noche, sino de entender cómo consumes y cuándo consumes.

¿Realmente compensa el esfuerzo?

La respuesta es sí, pero con matices.
Si tienes discriminación horaria y concentras los consumos intensivos —lavadora, lavavajillas, secadora— en las horas valle, puedes ahorrar de verdad.

¿Pero tienes que sacrificar tu descanso y poner la lavadora a las tres de la mañana? No necesariamente.

Hoy en día, casi todos los electrodomésticos modernos tienen programación diferida.
Puedes dejar la colada lista y programar el inicio para que arranque cuando el precio es más bajo.
O aprovechar los fines de semana, donde el precio valle dura 24 horas. Así, no tienes que hacer malabares con tu sueño ni arriesgarte a molestar a los vecinos con un centrifugado nocturno.

Pequeños cambios, grandes resultados:

  • Programa el lavavajillas para que arranque al caer la noche.
  • Usa la lavadora justo antes de ir a dormir.
  • Carga bien los electrodomésticos para optimizar cada uso.
  • Aprovecha los fines de semana y festivos, donde siempre es más barato.

Con hábitos inteligentes, el ahorro viene solo.

¿Y si quiero ahorrar aún más?

Ajustar tus horarios es un gran comienzo, pero no es el único camino.
Si realmente quieres recortar tu factura y tu huella ambiental, existen otras opciones más profundas:

  • Pásate a electrodomésticos de bajo consumo (A+++), que gastan menos energía por ciclo.
  • Optimiza tu consumo general, eliminando el stand-by y mejorando la eficiencia de tus hábitos diarios.
  • Apuesta por energías renovables, como el autoconsumo remoto, que te permite consumir energía solar sin necesidad de tejado propio ni obras en casa.

Reducir el gasto eléctrico no sólo beneficia a tu bolsillo, también al planeta.

Visto todo esto, está claro que el verdadero truco no es sólo la hora, sino entender cómo funciona tu tarifa eléctrica y adaptar tus hábitos a ella.
En definitiva: conocer, planificar y actuar.

Poner la lavadora por la noche puede ser un gran aliado si tienes una tarifa con discriminación horaria.
Pero si no es tu caso, quizá haya mejores estrategias para ahorrar sin desvelos ni centrifugados fantasmas en mitad de la noche.

El ahorro inteligente empieza por saber leer tu factura, entender tu consumo y, sobre todo, adaptar tu día a día de forma sencilla y sostenible.